sábado, 10 de octubre de 2009

¿DONDE ESTA LA AMISTAD?


Cuando la palabra “amigo” parece ya no ser lo que significaba antes.

Días después de una reunión de reencuentro de la promoción del colegio en el que termine la secundaria, fui testigo de dos hechos lamentables pero muy semejantes entre sí.

En ambos casos se trataba de un grupo de jóvenes universitarios que caminaba por las calles del centro de Lima a altas horas de la noche. Eran aproximadamente una docena entre muchachos y chicas. Y en ambos casos cinco pandilleros tomaron a uno de los integrantes del grupo para robarle. La víctima no podía hacer nada ante la superioridad numérica, y la chica que se quedó a defenderlo (supongo que la enamorada o una solidaria “amiga de verdad”), tampoco podía hacer mucho frente a la media decena de ladronzuelos. En uno de los casos un guachimán comenzó a tocar su silbato y a acercarse lentamente, entonces los rateros, seguramente temiendo la llegada del serenazgo o la policía ante el sonido del silbato, huyeron. En el otro caso fue una pareja de enamorados la que intervino, decidida a ayudar al asaltado y esto sorprendió a los ladronzuelos, que, seguramente viendo que ya no eran cinco contra dos sino cinco contra cuatro, huyeron cobardemente.

La sorpresa me paralizó, no por el robo en sí, más bien por la cobardía, tan semejante a los de los delincuentes, de los “amigos” de la víctima, que apenas iniciado el asalto corrieron hacia delante dejando atrás al infortunado.

Pasado el peligro esos “amigos” se acercaron a su compañero asaltado. ¿Ya para qué?. En el momento que su compañero más los necesitó no estuvieron a su lado.¿Esta es la generación solidaria y fraterna producto de las nuevas tecnologías de la comunicación e informática? Ellos eran más que los delincuentes entonces ¿por qué el temor? ¿acaso miedo a salir herido o falta de valor?

Quizás lo más difícil sea la situación de la víctima. Y no precisamente por las cosas que le quitaron ni por el susto. ¿Cómo considerada a esos “compañeros” que no lo defendieron y que seguramente tendrá que ver, hablar y oír mucho tiempo más hasta terminar la carrera profesional? ¿Qué sentimientos, aparte de sentirse defraudado y traicionado, lo invadirán?

Como comente al inicio estos dos robos ocurrieron días antes de un reencuentro con mis compañeros de Promoción del colegio. Hacía muchos años que no los veía. La reunión estuvo amena, y era notorio el compañerismo y amistad que aún unía al grupo. Nos conocimos en la década del 80, cuando los videojuegos e internet empezaban a invadir el país luego de haber tomado a todos los países industrializados. Compartimos muchos momentos, tanto dentro del colegio como fuera. Incluso cuando terminamos la secundaria el contacto entre algunos de ellos no se perdió. Y creo que todas esas experiencias conjuntas han permitido que se solidifique y perdure aquel compañerismo de años atrás. Además, que recuerde, nunca abandonamos a algún compañero cuando, como sucedió con los dos universitarios asaltados, estuvo en peligro, por ejemplo, de ser golpeado y asaltado por alumnos de los colegios rivales.

Los tiempos cambian. Sin embargo pese a casos como los sucedidos a los universitarios, creo que la verdadera amistad como profundo sentimiento que es, no esta muerta aunque si agonizando.