viernes, 13 de marzo de 2009

FIESTAS EN CASAS

Actualmente, la mayoría de personas, en esta nuestra ciudad, ya no suele celebrar fiestas en sus casas. Recuerdo noches de mi niñez y adolescencia en que más de una madrugada tuve que intentar dormir cubriéndome la cabeza con la almohada, única manera que encontraba en la oscura soledad de mi cama de aminorar el alto volumen de la música, proveniente de alguna casa vecina, que llegaba a mis oídos.


A la mañana siguiente, molesto por haber pasado una pésima noche, me consolaba la idea de que, más tarde o quizás a esas mismas horas, los dueños de las casas, o sea los autores de la bulla, muchas veces el que acababa de cumplir años, cansados y con resaca tenían que realizar la, en su estado, titánica labor de limpiar, arreglar y verificar si no se les había perdido o roto algo. Sin duda una nada agradable tarea para el que acababa de festejar, tras, seguramente, el merecido jolgorio. Bonito regalo el que le dejaban sus invitados.


Pero algunas personas aún celebran fiestas en sus casas. Es gente que generalmente posee vínculos familiares fuertes, basados en la camaradería, comunicación constante y presencia física habitual, iniciados varios años atrás. Entonces la casa se llena los hermanos, hermanastros, cuñados, cuñadas, sobrinos, sobrinas, tíos, tíos lejanos, primos cercanos, primos lejanos, padrinos, madrinas, amigos y amigas del barrio; claro, nunca faltan los compañeros cercanos de estudios o del trabajo. Así sucede todavía en algunos barrios periféricos de la ciudad.

Sin embargo en las zonas urbanas de los distritos de Lima Metropolitana, donde el tamaño de las viviendas no ayudan para la celebración de una fiesta y nadie tiene tiempo para organizarla y menos para ordenar la casa o departamento a la mañana siguiente; la gente opta por citar a sus invitados a un bar, discoteca, pub, sala de baile o karaokes y celebrar, por ejemplo, un cumpleaños más en algunos de esos centros de diversión. Sin duda es más practico que organizar la fiesta en tu propia vivienda y más barato. Y no sólo la mayoría de jóvenes han adoptado este modo de festejar, sino personas de toda edad y nivel socio económico.

Escribo esto a las tres de la madrugada, escuchando “la música de moda” (cumbias) provenientes de una casa cercana. Sí, lo que sospechan. Algún anticuado vecino esta celebrando su cumpleaños en su casa (y aclaro que no estoy en una zona periférica de la ciudad). Si al menos pusiera música de REM, Nirvana o Morrisey.

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